La caída en la productividad del terreno en México, refleja una tendencia mayor en el Corredor Seco de América Central, la región de bosque tropical seco que va de Chiapas a Panamá. Ahí las cosechas escasas y la alta inseguridad alimentaria, vinculadas con el cambio climático y con la degradación del suelo, son algunos de los principales impulsores de la deforestación, según un informe de 2019.
El poco ortodoxo método de siembra de algunos campesinos de Chiapas, en el sureste de México, está ganando reconocimiento por restaurar la salud de los suelos, además de generar más dinero para los agricultores, sumando tierra para la conservación y almacenando carbono en el terreno.
Agricultores afirman que en un año con buenas lluvias cosecharían a lo mejor 2.5 toneladas por hectárea. Algunas veces las secas terminaron con toda la cosecha de su padre, recuerda, obligando a la familia a sobrevivir buscando plátanos y fruta de pan, un producto que usaban los mayas antiguos. Estos días, sin embargo, con asistencia técnica y trabajando para mejorar la salud de los suelos, sus cosechas de maíz han aumentado hasta 8.5 toneladas por hectárea.
En 2010 el INIFAP trabajó con The Nature Conservancy (TNC) para analizar 300 parcelas en Chiapas y encontraron que los suelos tenían altos niveles de acidez y de aluminio, que les faltaban nutrientes y que estaban altamente compactados por los tractores. Esto implicaba que las raíces no podían ir hondo, creando problemas de drenaje.
Información: Por Dimitri Selibas en Mongabay