Con base en información recabada de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), se estima que en el territorio guanajuatense con corte a los primeros seis meses del año en curso, 221 menores de edad estaban en calidad de desaparecidos, en su mayoría son del sexo femenino. Aunado a esto, se calcula que tres de cada 10 desapariciones corresponden a Irapuato y Celaya.
Tomando como referencia la cifra total de niños, niñas y adolescentes desaparecidos en la entidad en el mismo periodo de tiempo, se detalló que 111 son mujeres y 110 hombres. La alarmante situación se refleja en las cifras del primero al 22 de agosto, cuando 52 veces se tuvo que activar la Alerta Amber, sin embargo en un 96.15% fueron desactivadas en el mismo lapso de tiempo.
Una de las hipótesis, arroja que la cifra de mujeres es mayor debido a que están más expuestas a los delitos sexuales por medio de las redes sociales. En relación a este tema la secretaria de Gobierno de Guanajuato, Libia Denisse García, se refirió a los escenarios donde los menores de edad deciden huir de sus casas, por lo que de acuerdo con declaraciones publicadas por El Sol de León, la ya mencionada, explicó:
“En el caso de las y los menores de edad que salen de casa (…) hemos estado detectando desde la propia Comisión y de la Fiscalía es que muchos de ellos detectamos, primero que en algunas ocasiones que se dan las activaciones son por problemas entre los progenitores, un segundo momento, muchas de las jóvenes menores de edad establecen dialogo o comunicación con personas a través de redes sociales que en la mayoría de los casos puedo decir que arriba del 90% logramos contactarlas de manera inmediata incluso antes de que lleguen a contactarse con las personas adultas”.
Por su parte, Tania Ramírez, directora ejecutiva de Redim, comunicó que se realizó una serie de recomendaciones al Estado mexicano por parte del Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU, entre las cuales destacan el “establecer mecanismos ágiles, eficaces y transparentes para que el registro de personas desaparecidas pueda tener información no duplicada y sin errores”. También, se recomendó una campaña de sesibilización, un registro de huellas de menores de edad para ayudar a su rápida localización, así como un enfoque diferencial en la desaparición de los niños, niñas y adolescentes.